quarta-feira, 30 de maio de 2012

Santidad como estilo de vida.


Capítulo 10
10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

Una de las más grandes berreras que impide que el creyente disfrute de toda la vida en abundancia que Cristo  ha prometido es el habito bastante común de dividir nuestra vida en dos áreas. La secular y la espiritual. Este problema se origina por el hecho de que, nosotros, que seguimos a Cristo, vivimos en dos mundos a la vez, el espiritual y el natural.  Como hijos de Adán vivimos en la tierra sujeto a las limitaciones de la carne y por el sencillo hecho de vivir entre los hombre dedicamos años de nuestras vidas a las cosas de este mundo. En violento con traste a eso tenemos la  vida del espíritu. Allí disfrutamos de otro tipo de vida, una vida superior; somos hijos de Dios; tenemos una posición celestial y gustamos de una comunión intima con Cristo.

Estos hechos nos lleva a dividir nuestra existencia en dos dimensiones. Inconsciente reconocemos las dos modalidades de procedimiento. Lo primero que asumimos es que ciertos comportamientos como: orar, leer la biblia, cantar himnos, frecuentar una iglesia y otras cosa semejantes son fruto de nuestra fe y no tiene relación con este mundo ( 2Co 5:1  Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos). La contra posición de esta vida religiosa está en nuestro comportamiento delante de las acciones seculares. Estas tienen que ver con todas las actividades comunes de la vida, de las cuales participamos juntamente con todos los demás: comer, dormir, trabajar,  cuidar de las necesidades del cuerpo, etc. En muchas de estas cosas no encontramos placer y nos sentimos mal delante de Dios por sentir que deberíamos estar haciendo algo que “realmente agrade a Dios”. A menudo nos dedicamos a nuestras tareas diarias con un sentimiento de profunda frustración. Afirmamos para nosotros mismo que llegará el día que dejaremos esta casa terrenal y ya no nos ocuparemos de estas cosas del mundo.

Eso es una contradicción muy antigua llamada «El Sacro y El Profano». La mayoría de los creyente se enredan en ella. No logran ajustar satisfactoriamente sus vidas a las demandas opuestas de estos dos mundos.

Creo que este estilo de vida es totalmente innecesario. Esta dupla vida del sacro-profano no tiene fundamento en el Nuevo Testamento  por lo tanto, una compresión mas acertada de la doctrina cristiana nos libertará del sufrimiento de este estilo de vida.

Jesús que es el ejemplo perfecto para nosotros, él no conoció esta vida dividida. Él vivió en la tierra sin presión desde su niñez hasta la cruz; él hizo un pequeño resumen de su relación con Dios con  estas palabras «porque yo hago siempre lo que le agrada. Juan 8:29» todos los sufrimientos que él soportó en su vida siempre tenían que ver con él ser el portador vicario de nuestros pecados.

La exhortación de Pablo para que hagamos todo para la gloria de Dios (I Cor 10:31) no es un mero idealismo religioso. Es parte integrante de la revelación de Dios al hombre y es necesario que sea aceptada como palabra de Dios. Para que no tengamos dudas de que debemos aplicar este principio en todas las áreas de nuestras vidas Pablo habla de dos cosas muy sencillas como comer y beber. Actividades que compartimos con los animales que no son eternos. Si en cosas tan sencillas como comer y beber, debemos glorificar a Dios, imaginas en cualquier otra cosas más trascendente que eso.

Algunos piensan que el problemas se radica en nuestro cuerpo terrenal. Pero Jesús no tuvo problemas con el cuerpo terrenal. El problema se radica en lo que hacemos con nuestro cuerpo. Las acciones practicadas por el cuerpo, cuando realizadas en pecado y contraria a naturaleza para la cual Dios las creó jamás podrán honrar a Dios. Siempre que nuestra voluntad introduzca en nuestros instintos alguna perversión moral, ellos dejaran de ser naturales y puros como Dios los ha creado y de esta forma nunca podrán redundar en gloria para Dios.

Lo que quiero decir es que un creyente con plena comunión con Dios todas su acciones son tan santas como la acción de orar, bautizarse o participar de la santa sena. Eso no significa reducir todo al nivel mundo sino llevar todo al plano espiritual. No basta reconocer este hecho. Si deseamos estar libre del dilema sacro-profano  y tener vida plena en Jesús estas verdades deben correr en nuestras venas y condicionar todos nuestros pensamientos. Es de extrema importancia que realmente pongamos en práctica el principio de vivir para la gloria de Dios actuando con firmeza y determinación. 

Pongamos en la práctica el principio de hacer todo nuestro trabajo como un sacerdocio. Hay que tener en mente que Dios toma parte hasta en las cosas más insignificantes de nuestras vidas y que aprendamos a reconocer en ellas Su presencia.

Otro engaño semejante al que estamos discutiendo con respecto al sagrado y profano es aplicar eso a los lugares.  Es increíble que algunas personas, después de leer el Nuevo Testamento sigan creyendo que algunos lugar son naturalmente santo y que otros no son. Este pensamiento ha traído oscuridad para el raciocinio del creyente.

Creo que la raíz de este pensamiento viene por el siguiente hecho: por 400 años los israelitas habitaron el Egipto y convivieron mucho tiempo con la idolatría que llegó a hacer parte de su vida. Cuando Dios les sacó de allí quería enseñarles el concepto cierto acerca de la santidad. Se manifestó a principio en una nube y una columna de fuego. Mas adelante después de la construcción del tabernáculo pasó ha habitar en el santísimo lugar. Dios usó muchas cosas para mostrar al pueblo de Israel la diferencia del sacro y lo profano. Había días santos, utensilios santos, ropas santas, sacrificios, ofrendas y varias otras cosas.

Por medios de estos símbolos el pueblo de Israel aprendió que Dios es Santo. Era justamente eso que Dios quería que ellos aprendieran. Dios no estaba ensañando la santidad de objetos o lugares sino sobre la santidad del Dios Jehová. Cuando vino Jesús el dijo «la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.... Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren». Juan 4:21, 23-24.

La santificación de ciertos días y lugares, aún que necesaria para instruir al pueblo, era una noción muy vaga de la santidad de Dios y desaparecieron delante de la adoración prestada en espíritu.

La suma de todo lo que dije es que todos los días de nuestras vidas son igualmente santo y todo lo que hacemos de igual manera debería también ser santo. Para terminar me detendré a aclarar dos puntos de este tema: Primero, no todo lo que hacemos tiene la misma importancia. El trabajo de Pablo de construir carpas no tuvo la misma importancia que la de escribir el libro de Romanos, pero ambas cosas fueron aceptadas por el Señor y ambas fuero hechos de adoración. Segundo, no todos los individuos tienen la misma transcendencia. Los dones que operen en el cuerpo de Cristo, que es la iglesia, varia mucho. En la historia hubo mucho predicadores, pero no todos tuvieron o tendrán la misma transcendencia para la iglesia y el mundo que Lutero o Wesley. Sin embargo el trabajo de un hermano menos dotado es tan santo y bendecido cuando que los nombres mencionados o quizás más.

No es lo que el hombre hace que determina si su obra es santa o secular, sino que el factor determinante es la motivación. La motivación es todo. Después que el creyente santificaqué el señor en su corazón, de ahí por delante no hará nada más como lo hacia antes.

quinta-feira, 3 de maio de 2012

Mansedumbre y descanso.

 Capítulo 9

5:5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

Si quisiéramos describir la humanidad a una persona que no conoce podríamos hacerlo tomando los antónimos de las virtudes que sigue las bienaventuranzas. Así tendríamos una exacta descripción de la humanidad. Los antónimos de las bienaventuranzas es la sustancia moral del cual está compuesto el mundo civilizado. Todo ambiente  está contaminado, lo respiramos a cada momento y bebemos de el con el leche materno.

En un mundo como este, las palabras de Jesús suenan de una manera maravillosa y totalmente nueva. Jesús no estaba expresando su opinión. Él no estaba haciendo conjeturas, mucho por lo contrario, Él sabia todas las cosas. Sus palabras no fueron como las de Salomón, la suma de una profunda sabiduría o resultado de una cuidadosa observación. Él hablaba de la plenitud de su divinidad y sus palabras son la propia verdad. Él era el único que podría haber dicho «las bienaventuranzas». Sus palabras fueron apoyada por hechos poderosos nunca vistos en la tierra. Obedecerlas es prueba de gran sabiduría.

Como generalmente pasaba, Jesús usó la palabra «manso» en una frase corta y resumida y después amplió la idea en este mismo evangelio cuando dijo «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga». (Mat 11:28-30).

En  este texto vemos dos conceptos opuestos «carga» y «ligera». Esta carga no se trata de cualquier problema que el hombre pueda pasar en esta vida. Esta carga los ricos y pobres sufren de la misma forma, porque es un estado que ni la riqueza ni  el placer puede nos libertar.

Hagamos un examen de esta carga. Ella se localiza en nuestro intimo. Llega primeramente al corazón y a la mente y afecta el cuerpo de dentro hacia fuera. Primeramente tenemos la carga del «orgullo». Hacemos un gran esfuerzo para resguardar nuestro amor-propio. ¿Cómo podemos tener paz interior? Nuestro tremendo esfuerzo para defender nuestra imagen, nuestro honor y lo que van pensar de nosotros jamás permitirá que gocemos de paz. Si persistimos en esta luchas, con el pasar de los años esta carga se quedará insoportable.

Nadie esta obligado a llevar esta carga pesada. Jesús nos invita a descansar en Él, y la mansedumbre es el método aplicado. El hombre manso no se importa si alguien es mayor que él, porque ha aprendido que las cosas que el mundo valora ya no son importantes para él y no vale la pena luchar por ellas. Por lo contrario, desarrolla un sentido de humor y pasa a decir: “¡Así que fuiste olvidado! ¿Te engañaron? ¿Han dicho que eres algo sin importancia? ¿Estás triste porque están diciendo exactamente lo que has dicho de ti? Ayer estuviste orando que no eras nada, que eras indigno, que viene del polvo ¿Por qué eres tan incoherente? Vamos humíllense y dejen de preocuparse con que los otros piensan.

El hombre manso no es cobarde y tampoco vive atormentado por el reconocimiento de su inferioridad. Reconoce que la evaluación que Dios hace de su vida es correcta. Comprende que es débil y necesitado tal como Dios lo describe. Este es su lema. Sabe perfectamente que el mundo jamás lo verá como Dios lo ve y por eso hace mucho que ha dejado de importarse con los conceptos de los hombres.

En este proceso seguramente ya habrá encontrado descanso para su alama. Si andar en mansedumbre quedará satisfecho en permitir que Dios lo defienda. Ya que no hay que luchar por el «yo» porque ha encontrado la paz que la mansedumbre proporciona.

Otra carga que esteremos libre es la del «fingimiento». Cuando hablo de fingimiento, no hablo de hipocresía si no del deseo muy común del hombre de mostrar al mundo lo mejor de si, ocultando su verdadera pobreza y miseria interna. Difícilmente encontrado en alguien que quiere ser visto exactamente como es, sin tratar de forzar una apariencia exterior para el mundo. El miedo de ser descubierto corroe el corazón humano.

Nadie debe menospreciar estas verdades. Esta carga es real y mata de a poco. Ella mata estas víctimas que viven de esta forma nociva y ante-natural. Esta mentalidad adquirida al paso de los años hace con que la mansedumbre auténtica nos parezca irreal como un sueño y distante como las estrellas.

Otro pecado que representa una carga pesada para el hombre es lo «artificialidad». Estoy seguro de que la mayoría de las personas viven con el miedo de que algún día un amigo o enemigo logre ver el interior de su alma vacía y pobre. De esta forma ellas viven en constante tensión. Las propagandas se basan casi enteramente en el habito de las personas se preocuparen con la apariencia externa. Ofrecen curso sobre este o aquel campo del saber humano, lo cuales apunta al deseo que la víctimas tiene de sobrepasar a los demás. Venden libros, inventan ropas y cosméticos, jugando continuamente con ese deseo del hombre de parecer lo que no es. La artificialidad es una maldición que desaparece en el momento que nos arrodillamos a los pies de Jesús e nos rendimos a su mansedumbre. A partir de este momento no nos incomoda los que las personas piensan de nosotros, solo nos interesa la aprobación de Dios.

Es necesario bastante valor al principio, pero la gracia necesaria nos será concedida, pues veremos que estaremos compartiendo esta otra carga con el hijo de Dios. El mismo dice «mi yugo», y él mismo lo carga el yugo junto con nosotros.

sexta-feira, 20 de abril de 2012

La restauración de la comunión del creador con la criatura.

Capítulo 8

Dios mío, tu eres por encima del cielo. ¡Tu gloria llena toda la tierra.. Sal 57:5 (Biblia Dios habla hoy).

Ya sabemos que la naturaleza depende del equilibrio de fuerzas y engranajes que existen en el universo. Y que para que esta armonía esté presente cada elemento debe estar en su posición correcta en relación a los demás.

En los capítulos anteriores fue dado indicios que la causa de todas nuestras miseria humana es separación de Dios, la falta de intimidad con Él. Una vida espiritual satisfactoria siempre tiene inicio con el cambio completo en la relación entre Dios y el pecador. No se trata de un cambio judicial si no que un cambio consciente y de experiencias, que afecta la naturaleza del pecador.

En la parábola del hijo pródigo, vemos que el hijo, que él perdió su derecho judicial de hijo, pero, al restaurar su posición de hijo, el padre no solamente estaba devolviendo lo que él perdió en términos materiales, sino que estaba feliz por la alegría de relacionarse con con como padre e hijo.

Para entender mejor la ilustración del equilibrio del universo, debemos establecer un punto de comparación, algo que sea fijo y equilibrado, que no es afectado por la relatividad, algo que podamos decir esto «ES» en términos absoluto, sin la necesidad de acrecentar cualquier calificativo. Ya vamos adelantando que Dios es este centro.

Cuando Dios habla en primera persona el dice «YO SOY». Cuando no referimos a él decimos: «ÉL ES», cuando hablamos con Él decimos: «TU ERES». Todas las criaturas y todas las cosas son evaluada con este punto fijo. Cuando Dios dice «SOY LO QUE SOY» él está diciendo que no cambia.

Grande parte de nuestra dificultad tiene origen en nuestra falta de disposición de aceptar a Dios tal cual como él es y ajustar nuestra vidas a esta realidad. Insistimos en tratar de cambia a Dios, haciendo a él más de acuerdo a nuestra imagen.

Solamente podemos tener una relación correcta con Dios aceptando a Dios con él es, y aprendiendo a amarlo como él es. Y si tratamos de conocerlo mejor vamos a gustar de un gozo inexplicable del hecho de Dios ser como Él es. Algunos de los momentos más arrebatadores que podemos conocer son aquellos que pasamos en adoración a su divinidad. Adorando a Dios por lo que Él es, no por lo que queremos que sea.

La búsqueda de Dios exigirá que ajustemos nuestra personalidad la suya. Y eso, no en términos de reconciliación y si de transformación. No estoy hablando de la acción de la justificación mediante de la fe en Cristo si no del hecho de exaltar voluntariamente al Señor a la posición que le cabe por derecho.

A partir del momento en que decidimos poner en práctica la decisión de exaltar a Dios por encima de todo y dejar de seguir el curso del resto de la humanidad. Entonces descubrimos que no estamos en sincronismo con la mayoría de las personas de este mundo y eso será cada vez más fuerte, cada vez más, a la medida que vamos progresando en nuestro camino hacia a Dios. Adquirimos una nueva perspectiva; una nueva mentalidad será formada dentro de nosotros; y quedaremos sorprendidos con él nuevo poder que fluirá de nuestra persona.

Nuestro rompimiento con el mundo será resultado directo del cambio de nuestra relación con Dios, pues el mundo caído no da gloria a Dios. Mucho invocan su nombre de verdad y hasta le muestran algo de respecto pero con una simples verificación se notará que Dios es poco honrado entre ellos. Cuando se trata de dinero, ambiciones personales entre otras cosas, en la práctica Dios siempre ocupa el segundo lugar en sus vidas. Otras cosas serán exaltadas por encima de Señor. Aun que estas personas se enoje, aleguen, la prueba es el estilo de vida que llevan, las elecciones que hacen al diario en toda su vida.

¡Exaltado seas! Es un lenguaje de experiencia espiritual victoriosa. Esta es una pequeña llave que abre la puerta de los mayores tesoros de gracia. Eso es esencial para que Dios reine en la vida del creyente. Cuando el hombre llega a punto en que su vida se armoniza con el testimonio de sus labios diciendo constantemente: «¡Exaltado seas!», entonces millares de problemas será solucionados.

Espero haber logrado dejar claro la lógica de la preeminencia presentada por Dios. Esta posición de Señor soberano le pertenece por justicia, en los cielos y en la tierra. Cuando Dios no ocupa este lugar en nuestras vidas ella queda desarticulada. El orden no podrá ser restaurada hasta que tomemos la decisión: «Dios será exaltado en mi vida». A los que me honre honraré (1 Sam 2:30).

Confrontemos ahora la vida de los personajes bíblicos que buscaron honestamente glorificar a Dios en su vidas terrenales. Iremos observar como Dios pasó por alto sus debilidades y cubrió sus fallas al derramar sobre sus siervos la gracia y bendiciones de forma extraordinaria. Sea Abraham, Jacob, David, Daniel, Elías, o quien quiere que mencionamos, honrar a Dios fue seguido de honra para ellos así como la cosecha viene después de la siembra. Estos hombres firmaron en su corazón en el porposito de exaltar a Dios por encima de todo y Dios aceptó su intención como un hecho y actuó de conformidad con su determinación. No fue una perfección absoluta pero la sinceridad del corazón hizo la diferencia.

¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? Jua 5:44. Si entiendo correctamente esta palabras Jesús está declarando la alarmante verdad que el deseo de honra entre los hombres hace imposible la confianza en Dios. Si actuamos así exaltamos a nosotros mismo y el resultado es maldición.

En nuestro deseo de seguir al Señor jamás debemos olvidar que las aspiraciones de Dios es tener comunión con sus hijos. Particularmente con aquellos que tomaron la decisión de exaltar a Dios por encima de todo. Tales personas son preciosas para Dios, más que todo tesoro de la tierra y del mar. En tales personas Dios no encuentra obstáculos para actuar en ellas como Él es.

Tengo miedo que estas enseñanzas lleguen a alguien de forma intelectual en lugar de entrar en su corazón. Estas verdades pueden ser aprobadas por la mente sin contar con el consentimiento de la voluntad para ponerla en práctica. Es común que la mente decida honra a Dios pero la voluntad quede indecisa y el ser humano dividido. Sin embargo antes que el corazón pueda gusta de una verdadera satisfacción, es necesario que el hombre, con todo su ser, tome la decisión acertada.

Oremos específicamente por este asunto, poniendo delante de Dios y con muchas atención para aquello que nuestra oración expresa. Quien ora con sinceridad no tendrá que esperar mucho tiempo por la aceptación divina. Dios revelará su gloria delante de sus siervos y pondrá todos los tesoros a disposición de ellos, pues sabe que su honra estará segura en las manos de estas personas.

terça-feira, 3 de abril de 2012

El deslumbramiento del alma.


Capítulo 7

Pase lo que pase, no debemos quitar nuestra mirada del autor y consumador de nuestra fe, Jesús. Heb 12.2

Cuando un hombre normal y sencillo lee la biblia sin cualquier conocimiento previo de ella y la lee sin cualquier pre-concepto, sin tener que probar o defender algo, él no tardará a entender que ciertas verdades tienes sus orígenes en la biblia. Estas verdades son los principios que regula la relación entre el hombre y Dios. Este hombre está realmente descubriendo lo que enseña la biblia.

De entre la varias cosas que este hombre descubre una de ellas es la importancia de la fe. Sin ella es imposible agradar a Dios. Sin ella no se puede haber acercamiento a Dios, ni perdón, ni salvación, ni comunión y tampoco vida espiritual en cualquier sentido.

Pues bien, si la fe tiene una importancia tan vital y es indispensable para la búsqueda de Dios es natural que nos quede una profunda preocupación en saber si tenemos este don precioso. Esa preocupación nos lleva a inquirir sobre la naturaleza de nuestra fe, preguntado ¿Qué es fe? Y esta pregunta exigiría una respuesta, si es que esta puede ser dada.

Casi todos los que predican a cerca de la fe terminan sofocando las personas con sus terminologías rebuscadas dando definiciones y definiciones que debilitan el tenue hilo de la fe hasta que desaparezca de la comprensión de las personas. Entonces nos quedamos desilusionados y seguimos en la misma.

Las escrituras no hace gran esfuerzo para definir la fe. Hay una breve definición con 19 palabras en Hebreos 11:1. Este pasaje define la fe funcionalmente. En otras palabras, la fe es definida por lo que hace «su acción» y no por lo que es «su esencia».

La biblia también habla del origen de la fe «es don de Dios» Ef 2:8 y de como llega a las personas «la fe viene por la predicación de la palabra de Cristo» Rm 10:17.

Las palabras de Tomás Kempis «prefiero ejercer la fe que conocer su definición», es una buena forma de lidiar con la fe en lugar de perderse en la búsqueda de la definición de la fe. Debemos dejar de ver la fe como una definición y verla como una experiencia en acción así nuestros pensamientos serán de naturaleza prácticas y no teóricas.

Jesús habló de un incidente del antiguo testamento (Nm 21:4-9) Él dijo: «Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». Ju 3:14-15.

Aquel hombre, que lea la biblia sin conocimiento previo llegara a esta conclusión: «mirar» es lo mismo que «creer» y entendería que el pueblo de Israel tendría que mirar con los ojos físicos para la serpiente de bronce y que para nosotros esto tiene lugar en el corazón. Pienso que su conclusión seria que la fe es el mirar fijo del alma que contempla el Dios salvador. «A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos. He aquí, como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, Y como los ojos de la sierva a la mano de su señora, Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia de nosotros». Sal 123:1-2. En este punto, el hombre que busca misericordia, mira hacia a Dios y no descansa hasta que alcance misericordia.

El poder de Jesús consistía en que jamás desviaba sus ojos del Padre, Mat 14:19, Ju 5:19-21.
«Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...» (Hb 12:2) Llegamos a la conclusión de que la fe no es un echo aislado. Practicado una sola vez y si un mirar constante y fijo del corazón hacia Dios.

La fe, de entre todas las virtudes, es la que menos valora a si mismo. Tal como el ojo ve todo lo que está delante de el, pero no ve a si mismo, así también es la fe. Se ocupa solamente del objeto a cual se fija y no da la mínima atención a si misma. Mientras contemplamos a Dios no veremos a nosotros mismo.

La fe, en si misma, no es el motivo de nuestra alegría. Nuestra alegría debe estar en aquel en quien la fe está depositada. La fe es la re-orientación de nuestra visón. Dejamos de enfocar en nuestro «yo» y ponemos Dios en el foco de nuestra visión.

«Mas ¿Qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos» (Rm 10:8). La palabra de Dios nos lleva a elevar los ojos en dirección al Señor y es así que comienza a obrar la fe.

Concluimos que fe es «mirar» y eso puede ser hecho sin formalidades o ritos religiosos. Eso puede ser ejercido en cualquier lugar. No existe una ocasión más propia que otra. El lugar en donde estamos no importa.

Felizmente estas declaraciones acerca de la fe está disponible para todos los hijos de Dios y no solamente para aquellos que están dedicados completamente al ministerio. De hecho esta experiencia está siendo gustada por muchas personas ocupadas ya que esta experiencia está a disposición de todos nosotros.

Muchos creyentes ya descubrieron el secreto de lo que estoy diciendo y en lugar de explicar lo que pasa dentro de ellos, sencillamente pone en practica la acción de contemplar a Dios con los ojos del espíritu.

sexta-feira, 30 de março de 2012

La voz del verbo

Capítulo 6
Es difícil parafrasear este versículo sin quitar la profundidad de sus verdades, así que lo dejo como está...

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1.

La Palabra (o el verbo) es el medio por la cual los pensamientos son expresos, por eso aquí se usa la Palabra verbo para describir el hijo de Dios. Eso nos ayuda a entender que la auto-expresión hace parte inherente de la divinidad y que Dios está siempre tratando de hablar de si mismo a sus criaturas. El no solamente habló si no que continua hablando. Por fuerza de su propia naturaleza él se comunica continuamente. Llena el mundo con su voz.

La palabra de Dios creó el universo «Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.» Sal 33:9. la Palabra de Dios que trajo hacia la existencia todo que fue creado no puede ser la biblia, porque esta aun no había sido escrita ni impresa. La Palabra aquí es la expresión de la voluntad de Dios. Esta palabra que viene de Dios es el soplo divino que llena el mundo de potencia vital.

La voz de Dios es la mas poderosa fuerza de la naturaleza y en realidad es la única fuerza que actúa y mantiene todo que existe.

La biblia es la palabra de Dios escrita y por haber sido escrita, está confinada y limitada por la necesidad de tinta, de papel o de cuero. La voz de Dios, en cambio es viva y libre como el propio Dios «las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida». Juan 6:63.

Tenemos una visión pequeña y primitiva cuando imaginamos a Dios creando las cosas. Lo imaginamos tocando, moldeando, adaptando o creando como si fuera un carpintero. La biblia describe algo totalmente distinto. «Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca». Sal 33:6 «Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios» Heb 11:3. Es conveniente recordar que aquí Dios no esta hablando de su palabra escrita, la biblia, si no que está hablando de su voz, su palabra.

«dijo Dios... y así fue» esta sentencia, que ocurre en todo relato de la creación, son sentencia gemelas, como una declaración de causa y efecto. El «dijo» explica el «así fue» y el «así fue» es el «dijo».

Dios está aquí y está siempre hablando. Estas dos declaraciones son la causa de todas las otras verdades bíblicas. Sin ellas no podría haber revelación alguna.

Ahora hablemos de la biblia. Dios no escribió la biblia para enviarlo por medio un mensajero para ser leído por mentes desasistidas. Dios puso su palabra en un libro y vive en su palabra , dándoles poder a aquellos que la tiene en su corazón y no solamente en su biblioteca. Y esta palabra persiste por todos los siglos. Por la palabra o el aliento de Dios el hombre deja de ser polvo y pasa a ser alma viviente, Gen 2:7 y 3:19).

Hasta aquí no demos mucha atención a aquella palabra que leemos del evangelio de Juan «Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre» Juan 1:9. en este versículo se puede cambiar la puntuación como quera que no va cambiar el mensaje. «la palabra de Dios afecta el corazón de todos los hombres, porque es luz para el alma».

La luz brilla en el corazón de todos los hombres y la palabra que allí resuena no hay como escapar de ella.

Hasta aquellos que nunca escucharon de la biblia ya escucharon la predicación de la verdad con claridad suficiente para que no tengan más escusas (Rom 2:15 y 1:20).

Lo que la sabiduría de Dios requiere es una reacción favorable de parte de los hombres. Una respuesta que Dios siempre está buscando, pero que raramente tiene recibido. Lo trágico es que nuestro bien estar eterno depende de escuchar esta voz.

El capitulo 8 del libro de proverbio describe la voz de Dios como sabiduría que esta en todo lugar investigando y cuestionando. La voz de Dios siempre estuvo gritando para comunicarse con los hombres. El creyente, cuando escucha la voz de Dios no exige explicaciones y adora diciendo «Dios mio..». El hombre mundano, aun que no adora pero se inclina, mas con la intensión de descubrir causas y funcionamiento de las cosas.

Estamos acostumbrados a pensar como científicos y no como adoradores. Nos sentimos más a gusto pensando que adorando. Tratamos de nos convencer diciendo «Fue un trueno y nada más...» y continuamos llevando una vida mundana. Pero la voz de Dios sigue gritando y llamando. El orden del mundo y de la vida depende de esta voz, pero los hombres están muy atareados y tercos para dar atención a esta voz.

La voz de Dios es amiga. No hay que temerla, solo en el caso de que ya tenga decido resistir a ella.

La iglesia en general acepta la idea herética de que hacer ruido, ser grande y activa las hacen más preciosa para Dios. Pero no debemos desanimar, pues, esto es lo contrario de lo que pide Dios. «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios». Sal 46:10 este es el mismo mensaje para hoy, que nos informa que nuestra seguridad y fuerza no depende de nuestra agitación, si no de nuestro silencio y serenidad.

Pienso que para la mayoría de las personas la manifestación de esta voz será más o menos así: «primeramente se escucha un sonido como de alguien andando, después de eso se escucha una voz, pero no se entiende lo que dice, después de eso viene un momento feliz en que el espíritu santo empieza a iluminar las escrituras y lo que hasta aquel momento era nada más que un sonido y cuando mucho, una voz sin comprensión, se hace una palabra calurosa, intima y clara, como la palabra de un amigo querido. Después de eso es que viene la vida y la luz. Y lo mejor de todo, la capacidad de ver y descansar en Jesucristo y de aceptarlo como salvador y señor.  

quinta-feira, 22 de março de 2012

La omnipresencia de Dios.

Capítulo 5
¿Dónde puedo ir y que tu espíritu no esté allí? 
¿Que puedo hacer para que tu no me veas? Sal 139:7

Todas las enseñanzas bíblicas son sostenidas por verdades básicas. Así como en todas las pinturas están los colores primarias, así también la omnipresencia de Dios es una verdad básica para todas la enseñanzas bíblicas.

Algunos teólogos no enseñan la omnipresencia de Dios quizás con miedo de ser confundidos con los panteístas (Dios está en todo).

El panteísmo enseña que Dios es la suma de todas las cosas. Concluyendo que Dios y la naturaleza son la misma cosa. Enseñan que si tocas a una hoja estás tocando en Dios.

Pero la verdad es que, a pesar de que Dios llena todo el universo está separado de este por un abismo eternamente inalcanzable. Dios transciende eternamente todas sus obras a la vez que vive en cada una de ellas.

¿Qué significa la omnipresencia de Dios en la experiencia cristiana directa? Sencillamente significa que Dios está aquí.

Adán pecó y en su pánico frenético trató de hacer lo imposible «escapar de la presencia de Dios». David también quedó desorientado cuando trató de escapar de la presencia de Dios y escribió: « ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? A seguir escribió uno de su más bello salmo para alabar la gloria de la omnipresencia de Dios. Sal 139:7-10

¿Por qué la presencia divina no es el hecho más exalto en todo universo? El patriarca Jacob contesta a esta pregunta «en yermo de horrible soledad» Deu 32:10. el tuvo una visión y maravillado dijo: ciertamente Jehová está en este lugar, pero yo no lo sabia» Gen 28:16. Esta fue la gran dificultad de Jacob y también la nuestra «no lo sabia» ¿Qué diferencia haría si lo supiéramos?

La presencia y la manifestación de Dios no son la misma cosa. Dios solo se manifiesta cuando tenemos consciencia de su presencia. Debemos rendirnos al Espíritu Santo que tiene la tarea de revelarnos el padre y el hijo. Si nos sometemos a Él en obediencia voluntaria está será la diferencia entre ser un cristiano de nombre y tener una vida que irradia la luz divina.

Nuestra búsqueda de Dios será un éxito por el hecho que Dios está buscando manifestarse a nosotros. La manifestación de Dios al alma del hombre no significa que Él venga de un lugar distante. No se trata que una cuestión de quilómetros y si de experiencia.

Cuando un hombre dice: «siento que mi hijo está más cercano a mi a la medida que crece». Este hijo nunca estuvo lejos mucho tiempo físicamente de su padre. Es obvio que está haciendo una referencia a la vivencia. Está diciendo que el joven está conociendo más íntimamente a su padre. Tiene más compresión, que las barreras de pensamiento y sentimiento entre padre y hijo están desapareciendo y están más unidos de mente y e corazón.

Cuando cantamos «Quiero está cada día más cerca de ti» estamos diciendo que deseamos intensificar nuestra percepción espiritual. Cuando oramos, jamás deberíamos gritar, como si Dios estuviera ausente. Él está más cerca de nosotros que nuestra propia alma, más en nuestro interior que nuestros propios pensamientos.

¿Por qué algunas personas encuentran Dios y otros no? ¿Por qué Dios manifiesta su presencia a algunos y permite que otros esté luchando a media luz en una experiencia cristiana imperfecta?

Naturalmente la voluntad de Dios es la misma para todos. El señor no tiene preferencia especial por nadie. Todo lo que Él tiene hecho para algunos de sus hijos está disponible para todos. El problema no está en Dios, está en nosotros.

Todos los grandes hombres y mujeres de Dios, ya sea personajes bíblicos o de la historia cristiana, tenían muchas diferencias, en raza, educación, temperamentos, hábitos y calidades personales.

Me atrevo a decir que la calidad vital que todos ellos santos tuvieron en común es la «sensibilidad espiritual» que les hace sensible a las cosas espirituales y les mueve hacia la dirección de Dios. Estas personas eran diferentes porque buscaban satisfacer el hambre de su alma. Ellos escuchaban la vos de Dios «... buscad mi rostro, tu rostro buscaré, Jehová» Sal 27:8.

Dios no considera que sea nuestra responsabilidad conocer los misterios de la elección, predestinación y de la soberanía de Dios. La manera más segura y acertada de tratar con estas verdades es mirar humildemente hacia arriba y decir: «Señor tu sabes». Sondear estas verdades puede hacer de una persona un teólogo pero jamás un santo.

La sensibilidad espiritual no es una calidad aislada, por lo contrario, es un conjunto de calidades. Se trata de afinidades, tendencia, reacciones favorable de un deseo de alcanzar un mundo espiritual.

De esta forma llegamos a la conclusión de que la sensibilidad espiritual puede existir en diversos grados. Unos poseen un poco más que otros, otros un poco menos. Eso depende de nosotros. Ella es un don de Dios, mas que debe ser reconocido y cultivado como cualquier otro don para cumplir el propósito por lo cual nos fue entregado.

La idea de cultivar y ejercitar la sensibilidad espiritual, tan importante para los santos de la antigüedad, no tiene lugar para la mayoría de los santos de hoy. Queremos una acción más rápida. Una generación de creyentes que crece presionando botones y lidiando con máquinas automáticas, se impacientan con métodos más lentos y menos directos para lograr sus metas.

El resultado trágico de estas actitudes son visibles:
  • Vidas superficiales.
  • Vanas filosofías religiosas.
  • Cultos que se preocupan con una programación agradable.
  • La glorificación del hombre.
  • La confianza en la apariencia religiosa.


Estas y otras cosas parecidas son síntomas de una horrible enfermedad, una profunda y grabe enfermedad del alma.

Es necesario un corazón decidido y valor ilimitado para libertarnos de la cadena de nuestra época y que regresemos a los caminos bíblicos. Te aseguro que eso es perfectamente posible.

Todo creyente que por medio del arrepentimiento y del retorno sincero hacia a Dios, que quiere libertarse de los moldes tradicionales y quiere tomar nada más que la biblia como su patrón espiritual, quedará maravillado con lo que encontrará en las escrituras.

Concluyendo, las omnipresencia de Dios es un hecho. Dios está aquí. Está interesando en nuestra atención y desea revelarse y comunicarse nosotros. Tenemos la posibilidad de conocerlo tan solo si contestamos su llamado.

terça-feira, 20 de março de 2012

Sintiendo la presencia de Dios.

Capítulo 4
No hay duda que el Señor es bueno, pero ¿Has probado? Salmo 34:8

Es difícil encontrar una persona que no crea en Dios. Algunos presiente la presencia de Dios, mientras que otros asumen la posibilidad de su presencia. Las nociones acerca de la existencia de Dios son muy variadas, pero lo que la mayoría tiene en común es que no conocen a Dios por medio de una experiencia personal.

La posibilidad de un contacto íntimo y familiar con Jesús no pasa por sus cabezas, a pesar de admitir su existencia no piensan en Él como alguien que puede ser conocido como llegamos a conocer las demás personas.

Lo creyentes van más allá de eso, por lo menos en teoría. Hay millones de cristianos profeso que se relacionan con Dios como los demás no-cristianos. Estos cristianos pasan sus vidas amando ideales y principios.

A pesar de esta oscuridad espiritual existe una enseñanza bíblica clara acerca de que Dios puede ser conocido por medio de una experiencia personal. El salmo 34:8 llama a las personas que conozcan a Dios por medio de una experiencia personal, así como Juan 10:27, «mis ovejas escuchan mi voz» y Mat 5:8 «felices los limpios de corazón, porque verán a Dios».

La biblia esta llena de enseñanza que dicen que podemos conocer a Dios por medio de una experiencia personal.

El hombre natural no puede gustar de esta experiencia. Esta experiencia solo puede pasar por medio de la restauración espiritual del nuevo nacimiento providenciado por la muerte de Jesús en la cruz.

Pero ¿Por qué los hijos de Dios, que ya pasaron por la restauración espiritual conocen muy poco de esta experiencia personal con Dios que la biblia habla de forma tan clara? La respuesta a esta pregunta es nuestra incredulidad crónica. La fe capacita a nuestros sentidos espirituales a funcionar. Pero siempre que la fe es defectuosa el resultado es insensibilidad, entumecimiento del espíritu para con las realidades espirituales.

Para comprobar esta realidad, basta con conversar con el primero creyente que encontramos de forma casual. Eso es por que esta es la realidad de la mayoría de los cristianos hoy.

Existe en nuestro entorno todo un reino espiritual que está al alcance de nuestro espíritu. Este mundo infinito solo será real para nosotros a partir del momento que pasamos a tomar en cuenta esta realidad.

De esta última declaración debemos aclarar dos palabras: «realidad» y « tomar en cuenta». Realidad es aquello que es real por si mismo. Que no depende de un observador para tener validad.

El hombre simples y sincero sabe que el mundo natural es real. El ya estaba aquí antes que el empezó tener conocimiento y sabe que seguirá después que que el se muera.

Dios es real. Dios no deja de ser real si las personas no creen en él. Dios ya existía antes que despertáramos de nuestro sueño espiritual por medio del nuevo nacimiento.

Otro termino que necesita ser aclarado es «tomar en cuenta». Esta expresión no significa imaginar o visualizar. Imaginación no es fe. Esto conceptos (imaginación y fe), además de ser diferentes son opuestos entre si.

La imaginación fabrica imágenes irreales, la fe, en cambio, «toma en cuenta» aquello que ya existe.

Dios y el mundo espiritual son reales. Podemos acéptalos con la misma certeza que aceptamos el mundo natural.

El mundo espiritual está aquí. Es un mundo ruidoso, insistente y auto-promotor. Su existencia no depende de nuestra fe y exige ser aceptado como real. Pero el pecado ha oscurecido nuestro corazones y no podemos verlo. Esta maldición fue heredada por todos los miembros de raza de Adán.

Una de las bases de la fe cristiana es que el mundo espiritual es real y eterno. Si subiéramos a estas regiones gloriosa y llena de poder al cual somos constantemente invitados por medio de las páginas de la biblia, abandonaríamos esta peligrosa actitud de ignorar el mundo espiritual.

Es necesario que quitemos nuestros interés de lo que es visible y transferir nuestros interés para lo que es invisible, pues la gran realidad invisible es Dios. Heb 11:6 «En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan». Eso es básico para la vida de fe.

No debemos cometer el erro de dejar «el otro mundo» para un futuro distante, pues el no se encuentra en el futuro si no en el presente.

El alma tiene ojos con los cuales podemos ver y oídos con lo cuales podemos escuchar. Es posible que estos sentidos se debiliten con el desuso, pero después del toque de vida, dado por Cristo, quedan vivos y capaces de oír claramente.

Cuando pasamos a concentrar nuestras vidas en Dios, las cosas del espíritu van a comenzar a tomar formar delante de los ojos de nuestra alma.

A la medida que fuera aumentando nuestra sensibilidad espiritual, Dios pasa a ser nuestro todo y su presencia será la gloria y la meta de nuestras vidas.

sábado, 17 de março de 2012

Quitando el velo

Capítulo 3
Por la sangre de Cristo debemos entra en la presencia de Dios sin miedo... Hebreos 10:19

Entre las declaraciones de los padres de la iglesia la más conocida es: «Nos has creado para ti y no habrá paz en nuestro corazón mientras no encontramos descanso en ti» San Agustín.

Esta es una declaración es un rayo “X” del interior del corazón del hombre. El entendimiento de esta verdad viene solamente por el toque esclarecedor de Dios. Esta meditación esta direccionada a estas personas.

Fuimos creados para disfrutar del pleno gozo y paz de Dios. Pero en lugar de eso nos unimos a satanás con sus seguidores para vivir independiente de Dios y huir de su presencia.

Esta fue la actitud de Adán, ocultándose detrás de los arboles. La actitud de Pedro cuando dijo «Señor, quítate de mi, porque soy pecador» Lc 5:8.

Así es la vida del hombre en la tierra, distante de la presencia de Dios, separado de la «fuente bendecida», que es su verdadero lugar de habitación, su estado original que no mantuvo, la posición perdida, la causa de su incesante falta de paz.

Toda la obra de Dios, en la redención, tiene por finalidad deshacer las trágicas consecuencia de esa calamitosa rebelión llevándonos a una relación correcta y eterna con él.

El proceso del retorno del alma del desierto del pecado hacia la presencia de Dios es ilustrado en el tabernáculo del viejo testamento.

El pecador, primeramente entraba en el atrio donde ofrecía sacrificio con sangre sobre el altar de bronce. Se lavaba en una fuente cerca de allí. Después pasaba por el velo en donde no había luz natural pero que era iluminado por el candelero de oro. Símbolo de Jesús, la luz del mundo. Allí también estaba la mesa de los panes que representaba el pan de vida que es Jesús. Otra cosa que tenia allí era el altar de incienso como figura de la oración incesante.

Hasta este punto el adorador había disfrutado de varias cosas, con todo aun no llegaba a la presencia de Dios.

Mientras perduró el tabernáculo, solamente el sumo sacerdote entró en la presencia de Dios un vez al año traspasando el velo del santísimo lugar que era la presencia de Dios. Cuando Jesús murió en la cruz, el velo del templo se partió de arriba hasta abajo. Este hecho abrió el camino para que cualquier hombre pueda acercarse a la presencia divina por medio del nuevo y vivo camino, el señor Jesús.

«Dios quiere que lleguemos osadamente a su presencia y que nos quedemos allí permanentemente». Esta es una verdad que debe ser gustada de manera consiente, es algo que debe ser vivido a cada momento y cada día.

El mundo está padeciendo por no conocer a Dios y la iglesia tiene hambre espiritual por no contar con su presencia.

La mayoría de los males se sanaría instantáneamente si entrásemos en la presencia de Dios.

Eso quitaría la tristeza del espíritu y expandiría nuestros corazones. El fuego de Dios consumiría las impurezas de nuestras vidas.

Un teólogo llamado Spinoza, escribió sobre el amar a Dios intelectualmente, y hay algo de verdad en lo que él dice, pero el amor que Dios quiere del hombre no es el intelectual sino el espiritual. Dios es espíritu y solamente el espíritu del hombre puede realmente conocerlo.

Los corazones que están llenos del amor de Dios son los que demoran en su presencia divina y contemplan con ojos abiertos la majestad del Señor. Estos tipos de hombres y mujeres poseen calidades especiales que hacen de ellos desconocidos e incomprendidos por los demás. Ellos son profetas y no escribas. Por que el escriba habla de lo que lee, pero el profeta habla de lo que vio.

La voz del escriba habla de principios y leyes, pero ¿Donde están los profetas? La iglesia espera la voz tierna del santo que entró en la presencia de Dios.

No debemos olvidar que penetrar el velo y reclamar una experiencia sensible y real con la presencia del Señor, es un privilegio otorgado a todos los hijos de Dios. Ahora que no hay velo. Con la muerte de Cristo no hay barreras para que entremos en la presencia de Dios ¿Por qué quedamos afuera? ¿Por qué concebimos en estar lejos de la presencia de Dios? ¿Por qué no escuchamos la voz del novio diciendo «muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz, porque tu voz es dulce y tu rostro es amable»? Cant 2:14

¿Qué nos impide de entrar en la presencia de Dios? Un velo en nuestros corazones. El velo de nuestra antigua y decaida naturaleza. Un velo tejido con los hilos del «YO» que son:

* Justicia propia
* Autocompasión
* Amor propio
* Autoconfianza
* Autosuficiencia.
* Autoadmiración.
* Y todo ejercito de defectos de la personalidad.

El «Ego» es el que oculta de nosotros el rostro de Dios. Este velo solo puede ser removido con una experiencia espiritual y nunca por una experiencia intelectual. Seria como sacar del cuerpo la lepra por medio de instrucciones médicas.

Romper este velo no es una experiencia agradable. Romper este velo es romper a nosotros mismo, es herirnos y hacernos sangrar. Es esto lo que la cruz hará a todos los hijos de Dios que quiere ser libertados del «YO».

No osemos contentarnos con una doctrina bien ordenada de autocrucifixión. Eso seria imitar a Saúl que guardó los mejores animales y despojos.

Luchemos para que la obra sea realmente realizada en nosotros y así será. Después de eso ven la resurrección en gloria y poder, y el dolor será olvidado delante de la alegría de haber quitado el velo y de vivir una experiencia real del espíritu, llegando hasta la presencia de Dios.

quinta-feira, 15 de março de 2012

La bendición de no tener nada.

Capítulo 2
Mat: 5:3.. La forma que entiendo este versículo...

Los que son realmente felices son aquellos que tiene un espíritu de mendigo, pero que son herederos de los cielos.

Al crear al hombre Dios separó un espacio especial en su corazón para Él vivir allí. También creo todo en este mundo para que el hombre fuera feliz con Dios. Pero el pecado sacó a Dios del corazón del hombre y «las cosas» creadas para incrementar la relación entre Dios y el hombre ocuparon el lugar de Dios en el corazón del hombre.

A eso se refería Jesús cuando dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará. Mat 16:24-25.

La primera cosa que vemos en estos versículos es que tenemos un enemigo que toleramos a quién Jesús le llamó de «vida» y de «ego» (a si mismo). Este enemigo es el deseo de poseer. Permitir que este enemigo viva en nosotros nos lleva a perder todo. Pero, rechazarlo y desistir de las cosas por amor a Cristo, no es perdida sino una preservación de todo para la vida eterna. Jesús también nos enseña que la única forma de destruir este enemigo es por medio de la cruz.

Los que logran la bendición de poseer el reino de Dios son aquellos que rechazan todas las cosa materiales, sacándolas de sus corazón. Estos son los «mendigos de espíritu» su corazón esta vacío de cosa materiales. Esto son verdaderamente felices, porque ya no son esclavos de las cosas.

Es necesario encarar seriamente estas verdades, estas no son solamente enseñanzas bíblicas que guardamos en nuestras mentes como muchas otras, el algo que debemos practicar, si queremos proseguir en esta búsqueda de Dios. Si queremos vivir el gozo de la vida espiritual.

Gen 22:2 «Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto... » Este versículo ilustra estas verdades en la vida de Abraham. Cuando Isaac nació, Abraham era demasiado viejo y Isaac representaba mucho para él: la promesa de Dios, perpetuar su nombre, la venida del mesías. Por eso y mucho más Isaac ocupó un espacio especial en el corazón de Abraham.

La biblia no describe el sufrimiento de Abraham en aquella noche. Pero podemos imaginar. Quitar la vida de la persona que más amamos. Cualquiera iba preferir morir en su lugar. Esta fue la prueba de fuego para Abraham, pero no cayó. Según el escritor de hebreos, Abraham alimentó su alma con el pensamiento de que Dios iba a resucitar a Isaac. Este pensamiento le ayudó a aliviar el sufrimiento de su alma y a seguir confiando en Dios.

Mismo que se equivocaba en los detalles de como Dios actuaria para salvar la vida de Isaac, su actitud estaba completamente de acuerdo con las enseñanzas de Cristo: « cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará»

Dios permitió que aquel viejo hombre sufrido siga con su plan hasta estas al punto de ejecutarlo. Ante que lo hiciera dijo Dios: «No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada...» yo no quería sacrificarlo solo quería sacarlo de tu corazón para que yo puede reinar allí sin contrincantes.

Se abren los cielos y se escuchó la voz que decía: «Por mí mismo he jurado, dijo el SEÑOR, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único; bendiciendo te bendeciré, y multiplicando, multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que [está] a la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos: En tu simiente serán benditos todos los gentiles de la tierra, por cuanto escuchaste a mi voz».

Abraham no poseía nada. ¿No era rico en este entonces? Tenia esposa, amigos, ovejas y lo mejor para él, su hijo seguro y con salud. En este momento tenia todo pero no poseía nada.

Este es el secreto del espíritu. Es un principio que alienta el corazón y que solamente puede ser aprendido en la escuela de la renuncia. Los libros de teología se olvidan de eso pero un corazón sabio lo entiende perfectamente.

Después de aquella experiencia amarga las palabras «mio» y «mía» ya no tenia el mismo significado para Abraham.

Muchas veces tenemos miedo de entregar nuestros tesoros al Señor, por temer por la seguridad de estos. Principalmente cuando estos tesoros son nuestros pariente y amigos amados. Jesús no vino para destruir sino para salvar. Todo que entregamos a Él queda en perfecta seguridad, pues nada está garantizado mientras no es entregue a Él.

En resumen. Si tu hambre por Dios no están fuerte ¿Qué debes hacer?

En primero lugar debería poner de lado «TODOS TUS PERO», sin buscar escusas para tus errores. Quien se defiende a si mismo tendrá por abogado su propio «ego» y nada más. Venga sin «pero» al Señor y tendrá él Señor por abogado.

Esta maldición debe ser sacada con dolor del corazón. Así como un diente se saca con dolor Del mismo modo la maldición de querer poseer solo puede ser sacada del corazón con dolor.

Si de hecho queremos conocer a Dios necesitamos recorrer el camino de la renuncia. Si estamos dedicado a andar con Dios tarde o temprano seremos sometidos a una prueba.

quarta-feira, 14 de março de 2012

Siguiendo a Dios de cerca...


Capítulo 1
Salmo 63:8... Hice mi propio parafraseo de este versículo
«Mi alma te sigue de muy cerca, sufro si no estoy a tu lado»

El resultado de la experiencia personal con Dios está en la respuesta del pecador al toque esclarecedor de Dios, que de un principio no es completo ni perfecto, sin embargo no deja de ser verdadero. Este toque es el que despierta en el pecador el hambre espiritual que le lleva a la oración y la búsqueda de Dios. Juan 6:44 Nadie llega a Jesús si el padre no lo lleva.

El hombre no puede tener orgullo de buscar a Dios. Lo hace por la gracia de Dios. Cuando empezamos a buscar a Dios es porque ya estamos en sus manos Sal 37:24. Jehová sostiene su mano.

La iniciativa de Dios de buscar al hombre produce en la vida del pecador que este busque a Dios con todas sus fuerzas eso se expresa en el salmo 42:1. Este salmo es un grito del alma que solamente un corazón tocado por Dios puede entender.

La doctrina de la justificación por fe (que es una bendición y que liberta el pecador del legalismo estéril y del esfuerzo propio) se ha degenerado bastante y en lugar de ser una buena noticia de salvación es un obstáculo para que el hombre llegue al pleno conocimiento de Dios.

El milagro del nuevo nacimiento se ha convertido en un proceso mecánico y sin vida. Se puede aceptar a Cristo sin un genuino amor por el Salvador. ¿Puede estar salvado un hombre que no tiene hambre y sed de Dios? Sin embargo es así que las personas están siendo orientadas.

No podemos conocer una persona con un encuentro y nada más. Solamente después de prolongada y afectuosa convivencia es que dos seres pueden evaluar mutuamente su capacidad total (conocer uno al otro).

Juan 17:3 - El cierne del mensaje del nuevo testamento es la comunión entre Dios y el alma redimida, manifiesta en un libre y constante intercambio de amor y pensamiento.

La paradoja del alma que ama a Dios es encontrar a Dios y aun así seguir buscando a Él cada momento.

Este es un sentimiento desconocido para aquellos que se satisfacen con poco, pero comprendo por los hijos de Dios que tienen el corazón quemando de amor por Dios.

Si miramos la vida de hombres y mujeres de Dios sentiremos el calor con que buscaron a Dios. Moisés hizo del hecho que conocía a Dios un argumento para conocerlo más Ex 33:13 en otras palabras «si te conozco quiero conocerte más» partiendo de ahí fue más lejos Ex 33:18 quiso ver la gloria de Dios.

Pablo consideró toda su vida religiosa como basura en comparación con su intimidad con Dios Fil 3:8-9

es una tragedia que en estos tiempos la búsqueda de intimidad con Dios sea un tarea solo para pastores y lideres y que todo se resumen a una acción de «aceptar a Cristo»

la gran mentira que la gran mayoría de los creyente creen es: «si ya encontramos al señor, no hay necesidad de seguir buscando»

En medio a toda esta tiniebla espiritual hay algunos que no están contento con esta lógica superficial. Quizás hasta llegue a reconocer la fuerza de estos argumentos, pero al fin salen con lágrimas en lo ojos en búsqueda de un lugar aislado para orar así «Señor muéstrame tu Gloria» Juan 11:40

El libro la búsqueda de Dios tiene por principal motivo provocar en las personas este hambre y sed de comunión con Dios. La falta de esta hambre y sed de comunión con Dios es la causa de la falta de progreso y infructuosidad del pueblo de Dios.

Debemos dejar de lado todo esfuerzo para impresionar a Dios y acercarnos a él con un corazón sencillo de un niño. Si actuamos de esta forma Dios pronto se manifestará a nosotros.

No importa lo que digan las religiones, lo que necesitamos es Dios. El habito condenable de «buscar a Dios y....» nos impide de encontrar él señor en toda su plenitud. Busque a Dios y no sus bendiciones. Despojémonos de todo para recibir a Dios. La tribu de Levi no recibió tierra en Canaan Nm 18:20 «Yo soy tu porción» dijo Dios. Así fue la tribu más rica del pueblo de Dios.

Este es una reseña del capitulo 1 del libro la Búsqueda de Dios. Espero que haya sido de bendición para ti. Seria importante leer el libro y hacer tu propia reseña.

Con Amor en Cristo; Edson Silva