Capítulo 4
No hay duda que el
Señor es bueno, pero ¿Has probado? Salmo 34:8
Es difícil encontrar
una persona que no crea en Dios. Algunos presiente la presencia de
Dios, mientras que otros asumen la posibilidad de su presencia. Las
nociones acerca de la existencia de Dios son muy variadas, pero lo
que la mayoría tiene en común es que no conocen a Dios por medio de
una experiencia personal.
La posibilidad de un
contacto íntimo y familiar con Jesús no pasa por sus cabezas, a
pesar de admitir su existencia no piensan en Él como alguien que
puede ser conocido como llegamos a conocer las demás personas.
Lo creyentes van más
allá de eso, por lo menos en teoría. Hay millones de cristianos
profeso que se relacionan con Dios como los demás no-cristianos.
Estos cristianos pasan sus vidas amando ideales y principios.
A pesar de esta
oscuridad espiritual existe una enseñanza bíblica clara acerca de
que Dios puede ser conocido por medio de una experiencia personal. El
salmo 34:8 llama a las personas que conozcan a Dios por medio de una
experiencia personal, así como Juan 10:27, «mis ovejas escuchan mi
voz» y Mat 5:8 «felices los limpios de corazón, porque verán a
Dios».
La biblia esta llena de
enseñanza que dicen que podemos conocer a Dios por medio de una
experiencia personal.
El hombre natural no
puede gustar de esta experiencia. Esta experiencia solo puede pasar
por medio de la restauración espiritual del nuevo nacimiento
providenciado por la muerte de Jesús en la cruz.
Pero ¿Por qué los
hijos de Dios, que ya pasaron por la restauración espiritual conocen
muy poco de esta experiencia personal con Dios que la biblia habla de
forma tan clara? La respuesta a esta pregunta es nuestra incredulidad
crónica. La fe capacita a nuestros sentidos espirituales a
funcionar. Pero siempre que la fe es defectuosa el resultado es
insensibilidad, entumecimiento del espíritu para con las realidades
espirituales.
Para comprobar esta
realidad, basta con conversar con el primero creyente que encontramos
de forma casual. Eso es por que esta es la realidad de la mayoría de
los cristianos hoy.
Existe en nuestro
entorno todo un reino espiritual que está al alcance de nuestro
espíritu. Este mundo infinito solo será real para nosotros a partir
del momento que pasamos a tomar en cuenta esta realidad.
De esta última
declaración debemos aclarar dos palabras: «realidad» y « tomar en
cuenta». Realidad es aquello que es real por si mismo. Que no
depende de un observador para tener validad.
El hombre simples y
sincero sabe que el mundo natural es real. El ya estaba aquí antes
que el empezó tener conocimiento y sabe que seguirá después que
que el se muera.
Dios es real. Dios no
deja de ser real si las personas no creen en él. Dios ya existía
antes que despertáramos de nuestro sueño espiritual por medio del
nuevo nacimiento.
Otro termino que
necesita ser aclarado es «tomar en cuenta». Esta expresión no
significa imaginar o visualizar. Imaginación no es fe. Esto
conceptos (imaginación y fe), además de ser diferentes son opuestos
entre si.
La imaginación fabrica
imágenes irreales, la fe, en cambio, «toma en cuenta» aquello que
ya existe.
Dios y el mundo
espiritual son reales. Podemos acéptalos con la misma certeza que
aceptamos el mundo natural.
El mundo espiritual
está aquí. Es un mundo ruidoso, insistente y auto-promotor. Su
existencia no depende de nuestra fe y exige ser aceptado como real.
Pero el pecado ha oscurecido nuestro corazones y no podemos verlo.
Esta maldición fue heredada por todos los miembros de raza de Adán.
Una de las bases de la
fe cristiana es que el mundo espiritual es real y eterno. Si
subiéramos a estas regiones gloriosa y llena de poder al cual somos
constantemente invitados por medio de las páginas de la biblia,
abandonaríamos esta peligrosa actitud de ignorar el mundo
espiritual.
Es necesario que
quitemos nuestros interés de lo que es visible y transferir nuestros
interés para lo que es invisible, pues la gran realidad invisible es
Dios. Heb 11:6 «En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios,
ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe
y que recompensa a quienes lo buscan». Eso es básico para la vida
de fe.
No debemos cometer el
erro de dejar «el otro mundo» para un futuro distante, pues el no
se encuentra en el futuro si no en el presente.
El alma tiene ojos con
los cuales podemos ver y oídos con lo cuales podemos escuchar. Es
posible que estos sentidos se debiliten con el desuso, pero después
del toque de vida, dado por Cristo, quedan vivos y capaces de oír
claramente.
Cuando pasamos a
concentrar nuestras vidas en Dios, las cosas del espíritu van a
comenzar a tomar formar delante de los ojos de nuestra alma.
A la medida que fuera
aumentando nuestra sensibilidad espiritual, Dios pasa a ser nuestro
todo y su presencia será la gloria y la meta de
nuestras vidas.
Nenhum comentário:
Postar um comentário