Capítulo 1
Salmo 63:8... Hice mi
propio parafraseo de este versículo
«Mi alma te sigue de
muy cerca, sufro si no estoy a tu lado»
El resultado de la
experiencia personal con Dios está en la respuesta del pecador al
toque esclarecedor de Dios, que de un principio no es completo ni
perfecto, sin embargo no deja de ser verdadero. Este toque es el que
despierta en el pecador el hambre espiritual que le lleva a la
oración y la búsqueda de Dios. Juan 6:44 Nadie llega a Jesús si el
padre no lo lleva.
El hombre no puede
tener orgullo de buscar a Dios. Lo hace por la gracia de Dios. Cuando
empezamos a buscar a Dios es porque ya estamos en sus manos Sal 37:24. Jehová sostiene su mano.
La iniciativa de Dios de buscar al hombre produce en la vida del pecador que este busque a
Dios con todas sus fuerzas eso se expresa en el salmo 42:1. Este
salmo es un grito del alma que solamente un corazón tocado por Dios
puede entender.
La doctrina de la
justificación por fe (que es una bendición y que liberta el pecador
del legalismo estéril y del esfuerzo propio) se ha degenerado
bastante y en lugar de ser una buena noticia de salvación es un
obstáculo para que el hombre llegue al pleno conocimiento de Dios.
El milagro del nuevo
nacimiento se ha convertido en un proceso mecánico y sin vida. Se
puede aceptar a Cristo sin un genuino amor por el Salvador. ¿Puede
estar salvado un hombre que no tiene hambre y sed de Dios? Sin
embargo es así que las personas están siendo orientadas.
No podemos conocer una
persona con un encuentro y nada más. Solamente después de
prolongada y afectuosa convivencia es que dos seres pueden evaluar
mutuamente su capacidad total (conocer uno al otro).
Juan 17:3 - El cierne
del mensaje del nuevo testamento es la comunión entre Dios y el alma
redimida, manifiesta en un libre y constante intercambio de amor y
pensamiento.
La paradoja del alma
que ama a Dios es encontrar a Dios y aun así seguir buscando a Él
cada momento.
Este es un sentimiento
desconocido para aquellos que se satisfacen con poco, pero comprendo
por los hijos de Dios que tienen el corazón quemando de amor por
Dios.
Si miramos la vida de
hombres y mujeres de Dios sentiremos el calor con que buscaron a
Dios. Moisés hizo del hecho que conocía a Dios un argumento para
conocerlo más Ex 33:13 en otras palabras «si te conozco quiero
conocerte más» partiendo de ahí fue más lejos Ex 33:18 quiso ver
la gloria de Dios.
Pablo consideró toda
su vida religiosa como basura en comparación con su intimidad con
Dios Fil 3:8-9
es una tragedia que en
estos tiempos la búsqueda de intimidad con Dios sea un tarea solo para
pastores y lideres y que todo se resumen a una acción de «aceptar a
Cristo»
la gran mentira que la
gran mayoría de los creyente creen es: «si ya encontramos al señor,
no hay necesidad de seguir buscando»
En medio a toda esta
tiniebla espiritual hay algunos que no están contento con esta
lógica superficial. Quizás hasta llegue a reconocer la fuerza de
estos argumentos, pero al fin salen con lágrimas en lo ojos en
búsqueda de un lugar aislado para orar así «Señor muéstrame tu
Gloria» Juan 11:40
El libro la búsqueda
de Dios tiene por principal motivo provocar en las personas este
hambre y sed de comunión con Dios. La falta de esta hambre y sed de
comunión con Dios es la causa de la falta de progreso y
infructuosidad del pueblo de Dios.
Debemos dejar de lado
todo esfuerzo para impresionar a Dios y acercarnos a él con un
corazón sencillo de un niño. Si actuamos de esta forma Dios pronto
se manifestará a nosotros.
No importa lo que digan
las religiones, lo que necesitamos es Dios. El habito condenable de
«buscar a Dios y....» nos impide de encontrar él señor en toda su
plenitud. Busque a Dios y no sus bendiciones. Despojémonos de todo
para recibir a Dios. La tribu de Levi no recibió tierra en Canaan Nm
18:20 «Yo soy tu porción» dijo Dios. Así fue la tribu más rica
del pueblo de Dios.
Este es una reseña del
capitulo 1 del libro la Búsqueda de Dios. Espero que haya sido de
bendición para ti. Seria importante leer el libro y hacer tu propia
reseña.
Con Amor en Cristo;
Edson Silva